"Mientras vivía en Cuba, escribí y publiqué ambos géneros. Pero ya desde esa época había comenzado a experimentar con la hibridación de géneros. Esta mezcla se convirtió en parte de mi estilo; y una vez que abandoné la isla, continué llevándola a nuevos límites, incluyendo temas que nunca antes se habían conectado como, por ejemplo, erotismo, surrealismo y mitología afrocubana, en mi novela Casa de juegos; o magia celta, política, civilizaciones míticas y bisexualidad, como en Gata encerrada…” (Texto completo en PDF).