Chaviano nos entrega un estudio sociológico y a la vez una historia subyugante. La música y la magia juegan papeles; cada capítulo lleva el título de un bolero, y las letras son usadas para expresar los sentimientos de los personajes. El estilo de Chaviano es tan melodioso como las propias canciones: duendes, espíritus ancestrales, y una atmósfera onírica flotan sobre la novela de principio a fin. (Texto completo en PDF).